Los primeros pasos en el karting
Comenzamos la colaboración en Clubconductores con un artículo relacionado con los que muchos entendidos tienen por la cuna de los pilotos de competición: el Karting.
Como en cualquier otro deporte del mundo del motor, la competición forma parte de lo cotidiano de todos aquellos que lo practican. Un mundo, en el cual para llegar a lo más alto, mandan los aspectos económicos y técnicos, pero que también está impregnado de muchas historias de carácter humano. Tendremos tiempo de tratar los primeros aspectos, pero en este artículo ahondaremos en el último de ellos.
Los primeros pasos en el karting suelen venir guiados y promovidos desde el entorno familiar. La categoría inicial, Alevín, admite pilotos a partir de los 7 años de edad, de aquí la importancia de comenzar en un entorno que haga que los niños se sientan protegidos y, que comiencen a disfrutar bajo tutela de los beneficios propios de cualquier deporte. Aunque a cualquier edad, nuestros “pequeños pilotos” pueden ya estar integrados dentro de la estructura de un equipo de competición, siempre existe una figura familiar tras ellos dándoles todo su apoyo. Conozco muchos padres que prestan asistencia a sus hijos en sus primeros pasos en las carreras y, en primera persona, quiero romper una lanza por todos aquellos que se desdoblan para cubrir los diferentes roles necesarios: transportista, mecánico, mecenas, proveedor, psicólogo y, por supuesto, padre. Como ejemplo, la experiencia vivida por María de Pablos, piloto de categoría junior de 12 años de edad, en su primera carrera en el Social del circuito de Castroponce de este pasado año.
Al ser su primera carrera, las emociones que toda la familia vive son tan intensas que la comunión entre todos sus miembros es muy intensa. Al terminar las dos mangas que componían la prueba, María lloraba junto a su coche llevada por la emoción. Esa misma mañana, al poco de comenzar los primeros entrenamientos, hablaba con Marta Ariza (piloto de karting en activo y primera mujer en ser becada por una importante entidad bancaria en su programa de jóvenes promesas), sobre las pocas veces que había visto llorar a María.
Desde muy pequeña había demostrado una madurez impropia de su edad y, creo que llevada principalmente por esa madurez, el llanto era una manifestación de sentimientos que solía dejar de lado. Pero claro, hoy acaba de disputar su primera carrera de karting, de hecho, todos acabábamos de disputarla junto a ella. Papá - me decía entre sollozos -, sé que con mi esfuerzo e ilusión puedo llegar arriba en esto. Desde aquí un consejo para futuros padres: dejad que la ilusión salga de ellos, no pretendáis que un niño sea piloto por el mero hecho de que os guste el mundo del motor.
En las primeras carreras, el acompañamiento que hay que dar a los pilotos es esencial. Saber rodearse de un adecuado equipo humano es fundamental, puesto que los primeros pasos se dan desde una muy temprana juventud. Entre todos conseguimos inculcarla el cariño y el apoyo necesario para medirse en la pista con el resto de competidores. Para mí ese día, una pequeñaja de sólo 12 años, acabada de realizar una proeza llena de valentía y coraje, pero también ayudó a que el karting formase ya parte de nuestras vidas y, sobre todo, de su educación.
Un día que quedará siempre en nuestro recuerdo al ver llorar a María de pura y simple emoción.
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